Del 25 al 27 de octubre un grupo de investigadores del SEIP procedentes de Madrid, dirigidos por José Castro y Javier Rodríguez, y su equipo, compuesto por Fernando Ponce, Mar Ernrick, Antonia Morros, Víctor Sarmiento y Àngel Rosa, equipados con ordenador, magnético, dos micrófonos prealimentados unidireccionales, cámaras de fotos submarinas, cámaras de vídeos, sistemas de vídeo y foto subacuáticos, cinco equipos de buceo, brújulas, zódiac y ordenadores de buceo han investigado la costa norte mallorquina con el fin de detectar los extraños sonidos que desde hace ya años son escuchados por submarinistas que bucean en esa zona.
Comenzaron las primeras investigaciones en el Port de Sóller el pasado 26 de octubre, a las nueve de la mañana, y de allí se dirigieron hacia Cala Tuent, donde iniciaron una inmersión en el lugar donde se les habían indicado que se escuchaban los sonidos. Llegando a una profundidad máxima de 17 metros, el tiempo de inmersión fue de 68 minutos, la temperatura de 19 grados y la visibilidad de 7 metros, pero ninguno de los cinco buceadores, ni tampoco los equipos, registraron ningún sonido anormal.
Ya por la tarde volvieron a intentarlo desde la zona izquierda de la cala, donde un marinero aseguraba que allí se percibían los ruidos. Comenzó nuevamente la inmersión, con el sofisticado sistema de grabación, en esta ocasión a una profundidad es 28 metros y una temperatura de 17 grados. El tiempo de inmersión era en esa ocasión de 59 minutos, la visibilidad de cinco metros, y entonces sí se oyeron ciertos sonidos de naturaleza extraña, que en un principio intimidaron a los buceadores.