El 7% de la población balear (alrededor de 60.000 personas) está excluida desde el punto de vista social y productivo de la sociedad. Así lo afirmó ayer Miquel Alenyà, director gerente de la Fundació Sa Nostra, en la firma de 16 convenios de colaboración para reducir la marginación en los sectores más desfavorecidos. «La exclusión es más grave que la marginación y ésta es más grave que la discriminación. El perfil se encuentra en una persona sin trabajo, sin expectativas de encontrarlo, en situación de pobreza y desamparo, sin acceso a servicios sociales, de formación y enseñanza, y separado del colectivo social por diversas razones».
Entre estas razones se encuentran el padecimiento de enfermedades crónicas, discapacidades o la desestructuración familiar. Según Alenyà, «la situación en Balears se ha mantenido en los últimos años y se encuentra en la media nacional. Sí ha aumentado considerablemente la atención social, la integración en la sociedad, la preocupación por estos colectivos y el número de personas dedicadas a atenderlos. Existe una mayor conciencia sobre la gravedad de la marginación y de la exclusión. Los programas y talleres orientados a la integración tienen un destinatario claro y un beneficiario directo: el conjunto de la sociedad. Interesa a la sociedad que haya programas y que éstos sean eficaces. La integración no sólo es un tema de carácter económico, sino que es un problema de derechos humanos».