«El conocimiento de las religiones ajenas a la propia lleva directamente asociada la pérdida de prejuicios hacia éstas, lo cual es hoy en día más necesario que nunca, porque vivimos una época de conflicto religioso generalizado sin precedentes en el siglo XX, pero que ya forma parte de la historia del siglo XXI». Esta fue una de las afirmaciones del profesor de iranística de la Universidad de Salamanca, Alberto Cantera, que ayer impartió la conferencia «Monosteísmo, dualismo, politeísmo. El enigma de la reforma zaratústrica».
Cantera defendió que «todas las ideas de Dios, tanto las que sostiene el politeísmo como el monoteísmo, son creaciones del hombre, que responden a la lógica interna de cada personas y están basadas en las circunstancias en las que se desarrolla cada creencia, y nada tienen que ver con la naturaleza real de Dios, porque nadie, ni Zatatustra, ni yo, ni nadie sabe si es uno o varios». Reconoció que existe «un orgullo de la religión propia» que muchas veces lleva al hombre a tener prejuicios hacia las otras religiones, «algo que desvanece por completo el conocimiento de esas otras creencias».
También enfatizó que ninguno de los dos «bandos» esta «libre de
fanatismo».
El objetivo de la charla, por tanto, reconoció, no era contar el
mensaje de Zaratustra, porque es aún enigmático, «sino ver si
podemos conseguir que a la hora de hablar del fenómeno religioso,
hablemos con conocimiento de causa». La charla se enmarcada dentro
del ciclo «Religiones del mundo antiguo, entre politeísmo y el
monoteísmo» que desarrollará Sa Nostra hasta finales de
noviembre.