Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) adjudicó en diciembre de 2001 a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) la construcción de la terminal satélite-interislas, cuyo plazo de ejecución sería de nueve meses, para solventar los problemas de traslados y largas distancias de acceso a los módulos A, C, D y D a los pasajeros con vuelos a la Península (tráfico doméstico) y al tráfico interinsular. Las previsiones de obra se están cumpliendo, aunque AENA-Palma reconoce que la terminal «no estará operativa al tráfico hasta principios de 2003, dado que una vez esté construida hay que adaptarla al servicio aeroportuario con la infraestructura adecuada».
Las mismas fuentes indican: «Este nuevo edificio, que contará con 2.500 metros cuadrados en su planta baja y ocho puertas de embarque, facilitará los tránsitos y el acceso de los pasajeros al avión. También acortará la distancia a recorrer por los mismos desde la planta de facturación del edificio terminal, ya que el pasaje podrá acceder al nuevo módulo mediante una pasarela, sin pasar por la planta de salidas».
El nuevo edificio albergará, en este sentido, todos los servicios necesarios, tanto comerciales como de restauración, para asistir al pasajero, y dispondrá con una zona de espera similar a la que existen en los módulos del aeropuerto.
El acceso a los aviones se realizará, en una primera fase, a través de jardinera mediante las ocho puertas de embarque habilitadas al efecto. Sin embargo, en la segunda fase del proyecto, con la construcción de la nueva plataforma prevista para 2003, «el pasajero podrá embarcar directamente a través de cuatro de ellas, quedado las restantes dispuesta para embarque en remoto», indican desde AENA.
La primera fase de su construcción contempla una inversión de 3'61 millones de euros (600 millones de pesetas). La entrada en funcionamiento de esta terminal satélite, que estará ubicada junto al edificio actual de la Torre de Control, solventará de este modo una de las principales demandas de las compañías aéreas españolas que operan en Son Sant Joan ante las quejas planteadas por los pasajeros.