Aparentemente, los debates de política general son los más importantes de cada año, pero sus protagonistas apenas recuerdan el contenido de sus intervenciones. Ni siquiera Gabriel Cañellas, que participó en 12 debates, recuerda demasiado los detalles de sus discursos. «Cada debate era diferente, pero me acuerdo sobre todo de un 'cara a cara' con Francesc Obrador y una intervención mía en la primera legislatura que provocó la indignación de los socialistas. Cada vez que intervenía recordaba lo bien que lo habíamos hecho en el Govern durante los últimos dos años y medio, y a los socialistas no les gustó nada», asegura Cañellas, quien intervino en todos los debates de política general entre 1983 y 1994.
Sin embargo, en 1983, cuando el jefe de la oposición era Félix Pons, no se celebró debate. Durante aquellos primeros años de autonomía todos aprendían el arte de la oratoria: desde el propio Cañellas a los dirigentes de la oposición. Cañellas participó en los debates de 1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993 y 1994. En este período, el principal rival político de Cañellas fue Francesc Triay, quien sustituyó a Félix Pons como portavoz socialista. Triay tampoco recuerda demasiado bien los detalles de aquellos debates, pero no olvidará que en 1994, después de un «cara a cara» entre Cañellas y Obrador, tuvo que coger las riendas del grupo parlamentario.
De hecho, el debate entre el president Cañellas y Obrador "portavoz socialista entre 1991 y 1994" es uno de los más recordados por políticos y socialistas. Además, el debate de aquel año no se celebró en el salón de plenos del Parlament, que estaba en obras. El salón de actos de la Cámara autonómica vivió un auténtico «noqueo» "como llegó a titular un medio de comunicación" de Cañellas a Obrador. Al final, el propio president llegó a prometer que nunca volvería a meterse con el líder socialista, que dejó de serlo semanas después de su descalabro. En aquel debate se hizo famoso el «lloro vell», un calificativo que Cañellas utilizó ante su rival político.
Cañellas era el «lloro vell» que utilizó toda la artillería para acabar con la carrera política de Obrador. Después del discurso del primer día, Cañellas entregó un texto a los periodistas, pero que no reproducía textualmente su intervención. Obrador utilizó los documentos para contestar al día siguiente y Cañellas dejó a su rival en evidencia. «Yo no he dicho lo que usted asegura; esto es lo que estaba escrito en el discurso, pero no lo he dicho», admitía. Un año antes, en 1992, el debate de política general estuvo marcado por uno de los acontecimientos políticos más relevantes que se recuerdan en la Comunitat. La reforma de la Llei de Espais Naturals promovida por el PP calentó el debate de política autonómica.
En 1995 salió a la escena política Cristòfol Soler. Con el caso túnel de Sóller aún reciente, el nuevo presidente decidió no contestar a sus rivales políticos cuando le preguntaban por Cañellas. Sus intervenciones fueron de las más cortas que se recuerdan en el Parlament en un debate sobre el estado de la Comunitat. Jaume Matas participó en tres debates, en 1996, 1997 y 1998. En el primero se enfrentó a Triay, en el segundo a Crespí y en el tercero, a Antich. El estilo contundente de Matas provocó en más de una ocasión la indignación de sus rivales políticos. «Ha convertido este debate en una pelea de navajeros», llegó a decir en 1997 Crespí. Matas aprovechaba su último turno para plantear nuevas cuestiones cuando sus oponentes ya no podían contestarle.