El pequeño comercio mallorquín desaprovechó ayer uno de los días festivos autorizados por la Conselleria de Comerç y cerró en su mayoría. Las grandes superficies, por contra, recibieron una afluencia masiva de compradores y registraron grandes niveles de ventas durante el conjunto de la jornada, sobre todo por la tarde.
En las principales zonas comerciales de Palma la mayoría de los comercios estaban cerrados a media mañana de ayer, momento de máxima afluencia de gente paseando por Ciutat. La mayoría de comerciantes optó por el cierre de sus establecimientos, circunstancia que denota el desánimo que vive un sector que cifra el descenso de su facturación en un 20 por ciento respecto del año pasado.
Así, la calle Sindicat, San Miquel, Colón o el resto de zonas ofrecieron ayer una estampa más cercana a la de un domingo cualquiera que a la de un día laborable, aunque varios empresarios sí decidieron abrir.
En el otro extremo, la calle de Jaume III fue una de las zonas más dinámicas de Ciutat, con un número de establecimientos operativos mayor que en el resto de zonas comerciales.