La insuficiente valoración social y económica del trabajo es la problemática común de las mujeres rurales de todo el mundo, explicaron ayer Bel Vicens y Catalina Oliver, representantes de Unió de Pagesos en el III Congreso Mundial de Mujeres Rurales, celebrado en Madrid. Acompañadas por Pere Calafat, secretario general de la organización agraria, Vicens y Oliver expresaron su satisfacción por haber participado «en un evento que reunió a 1.500 mujeres rurales de todo el mundo. Si bien el escaso reconocimiento a nuestro trabajo es común, hay que dejar muy claro que no nos podemos comparar con muchos países donde la mujer no tiene ningún derecho o es maltratada».
Vicens y Oliver indicaron que «en Mallorca, las mujeres rurales tenemos más o menos los mismos problemas que los hombres, pero en España hay zonas donde no hay médico ni guarderías ni transportes suficientes». Resaltan que «no se pueden obviar» las diferencias entre las féminas que trabajan en el campo de aquí y las que lo hacen en países subdesarrollados, ya que éstas no cuentan ni con el más fundamental de los derechos, lo que hace que tengan que luchar por cosas tan básicas como la alimentación de sus hijos».
Los representantes de Unió de Pagesos especificaron que resulta difícil concretar el número real de mujeres agricultoras en Mallorca, «ya que muchas no se dedican a este trabajo pese a aparecer como titulares de explotaciones y, por el contrario, otras no aparecen cuando trabajan en el campo tanto o más que sus maridos».