Quien más quien menos ha bailado alguna vez en su vida. Ya sea en la discoteca, en una fiesta o en bodas propias o ajenas, cualquier mortal ha movido con mayor o menor gracia el cuerpo al son de la música. Lo que ya no es tan común es convertir el baile en el deporte de uno, dedicando así buena parte del tiempo libre a dominar vals, tango, samba o cha-cha-cha. Un gran número de aficionados de la isla al baile deportivo se dieron cita ayer en el primer trofeo de baile Aspanob (Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Balears). Fueron más de 100 las parejas de baile inscritas al torneo en las diversas categorías, cuya recaudación se destinó a esta asociación dedicada a dotar de las ayudas económicas e infraestructuras necesarias a las familias que padecen este tremendo problema.
Jesús Cuartero, miembro de Aspanob, quiso agradecer públicamente a las escuelas de baile participantes y demás organizadores el esfuerzo realizado. «Es muy bonito que gente no afectada por este grave problema se solidarice con nosotros. Eventos como este resultan fundamentales para que podamos seguir desarrollando nuestra actividad, por lo que esperamos repetir en años venideros».
En el polideportivo de Son Moix, se pudieron ver bailarines de las más variadas edades, tratando de plasmar sobre el parquet desde la elegancia del vals o la alegría del quickstep, hasta el sentimiento del tango o la calma del slow fox. Libre coreografía y vestuario fueron calificados por un jurado en un espectáculo que se prolongó desde las cuatro de la tarde hasta bien entrada la noche. El numeroso público asistente, que se agrupaba en peñas correspondientes a las distintas escuelas participantes al más puro estilo futbolístico, pudo admirar a lo largo de la tarde el dominio que los participantes demostraron tener del ritmo, a pesar de que más de una vez los nervios provocaron algún que otro indeseado choque entre las parejas.