El que fuera campo de fútbol de Son Oliva, abandonado a raíz de la construcción del nuevo, está "el pobre" hecho una ruina. Las porterías están rotas; parte de una está en el centro del campo, que en algunas de sus zonas ha visto emerger matorrales. Y ya no les cuento cómo es el estado de lo que fueron vestuarios y bar. Por todo eso "que no es poco" los vecinos están indignados viendo la ruina que tienen delante, que por otra parte, debidamente reconvertida, podría transformarse en parque, de lo que no andamos sobrados en Palma.
Según algunos vecinos, parece ser que hay intención de hacer algo ahí. Una vecina que nos observa desde el balcón de su casa, que da a lo que fue terreno de juego, dice que le han dicho que «van a tirar esas casetas, pero yo no me lo creo. ¡Lo han dicho ya tantas veces...!» Las casetas aludidas por la señora son los vestuarios y bar, parte de la cuales están semidemolidas por la fuerza de algunos jóvenes bárbaros que pululan por los alrededores, y que son "según nos cuentan" los mismo que han tirado gran parte del muro que separaba el campo de donde se situaban los espectadores.
Claro que cuando vayan a tirar las casetas tendrán que asegurarse de que Amparo y su marido no están en su interior, pues en lo más digno del inmueble han instalado su hogar. «Ha venido un policía y nos ha dicho que nos busquemos otro sitio, que éste lo van a tirar "nos explica la mujer, Amparo, que por lo que parece no anda muy bien de salud".