El mejor lugar para ver es una esquina. Lo comprobamos ayer por espacio de dos horas que estuvimos de plantón en la esquina entre Passeig Mallorca y Jaume III. Por allí pasaron desde José María Forteza, pope de la noche en los años 70, hasta Eduard Gamero, que como quien dice se marchaba a Madrid, pasando por Margaluz, el empresario turístico Pedro Iriondo, Antonio Oviedo, y... ¡Pues qué sé yo!, gente que no conocía y que me saludada... ¡Ah!, bueno, sí. Mientras estaba hablando con Gamero pasó por allí Rosario Nadal, su hija Mafalda, que por lo visto ya está recuperada (aunque aún lleva el brazo vendado), y Antonia Horrach.
Por cierto, Rosario fue una de las personas que asistió a la cena en la que coincidieron el príncipe Felipe y la Paltrow, por tanto ¡ay! si hablara del asunto. Pero me temo que ni aunque la maten, y no por ser un tema del príncipe y de la actriz, sino porque acostumbra a no hacer ningún tipo de comentarios. Y... ¿se han creído «lo» de don Felipe y la bella Paltrow? Servidor, ni harto de vino. Pero entre que hay pocas noticias y que media España periodística quiere casarlo, pues ¡a especular!