Fornalutx celebró ayer la llegada del Bou con una menor participación que en años anteriores, y también con la ausencia de las pancartas de la protectora de animales.
El toro, un hermoso ejemplar negro de 460 kilos de peso llamado Cardenilla, y dotado de una monumental cornamenta, hizo desistir a más de un valiente de acercarse a escasos metros, ya que a pesar de estar sólidamente sujeto con cuerdas, se defendía con mucha bravura .
Pero el Bou no permitió ser coronado como en años anteriores, a pesar de la buena disposición de la joven pagesa que hizo todo cuanto pudo para lograr vencer su miedo. No obstante, la corona de laurel fue colocada sobre la caja que le transportaba.
A las 8 de la mañana, los Xeremiers de Sóller daban comienzo a las fiestas , y los cohetes anunciaron la llegada del toro, que lo hizo sobre las 8.15 horas, acompañado de un gran número de jóvenes. Tras la algarabía se trasladaron hasta la plaza del municipio en donde le dieron de beber, y empezó el recorrido por las distintas calles del pueblo.
El alcalde, Salvador Sastres, estuvo en todo momento pendiente de que todo fuese bien. Mientras, una dotación de sanitarios y médicos de la Cruz Roja veló por la seguridad de los participantes en el Correbou. Durante las dos horas que duró el evento, fueron atendidas cuatro personas.
Una vez terminado el Correbou, el animal fue sacrificado en el Matadero Municipal de Sóller, y su carne repartida entre los vecinos del pueblo.