Si me lo permiten, les seguiré hablando de Diandra. ¿Saben? Pese a lo largo que fue "dos páginas" me pareció corto, y encima se me quedaron un montón de fotos en el ordenador, de las cuales extraigo algunas para ilustrar el comentario. Bellas, ¿no?
Ya les comenté que Michael se había confundido. No digo que Zeta no sea guapa, pero Diandra es otra cosa. Es distinta. Es más dulce. Es más nuestra. No en vano se pasó media vida entre nosotros y encima ha decidido que parte de ella, su madre, repose para siempre en esta tierra que quiso hasta el punto de morir en ella. Y si Michael está también entre nosotros "unas semanas al año", es porque ella lo trajo y le convenció de que se quedara.
Por otra parte, Diandra es discreta, apenas deja verse, sale sin armar revuelos, llega a los sitios casi de puntillas, no habla mal de la gente y sigue estando enamorada de la Isla, tanto que ya lo anuncio ayer: que s'Estaca, hoy por hoy su vínculo más importante con Mallorca, jamás estará en venta «porque no la venderé, ya que forma parte de mi vida». Eso por una parte. Por otra, está a favor de mejorar el entorno, o cuando menos no empeorarlo, y por ello se pone a disposición del GOB a través de la Diandra Douglas Fundation, para lo que sea necesario siempre que esté encaminado hacia esa preservacion paisajística y ambiental.
Nos consta también que admira la labor del Projecte Home, del que tenía noticias mucho antes de la fiesta del pasado viernes en casa de Cristina Macaya. Y encima, es feliz al lado de Zac y de los suyos. ¿Qué más puede pedir?