La imaginación, la innovación y el cachondeo apenas dejaron un hueco para la tradición en el espectacular desfile de carrozas de Alaró que sacó ayer a los vecinos "y a muchos visitantes" a la calle. De la decena de comparsas participantes sólo dos tenían motivos tradicionales, como eran la fabricación de calzado y la historia de la agricultura. Entre el resto se podían contar alusiones a peculiares personajes del cómic, como Astérix y Obélix, o a la televisión, como «Verano Azul», sin dejar de lado otras fiestas nacionales como la de los San Fermines o la de los «faralaes».
El color, los aplausos y el gentío fueron un denominador común en las calles de Alaró. El desfile recibió la visita de muchas personas de los pueblos vecinos. Tampoco quisieron perderse la fiesta, además de las autoridades locales, la vicepresidenta del CIM, Maria Antònia Vadell, o el alcalde de Lloseta, Bernat Coll.
Todos ellos disfrutaron como niños viendo pasar las carrozas desde el balcón del Consistorio bajo el cual se congregó la mayoría de público. Las comparsas batieron ayer todos los récords de longitud y es que alguna estaba compuesta hasta por cinco carrozas. Tanto es así que el desfile se prolongó media hora más de lo que es habitual. El Ajuntament entregó cuatro importantes premios de 600, 450, 300 y 150 euros. Los 600 euros del primer premio recayeron en la comparsa «Tíbet» que contaba con un espectacular Dalai Lama a bordo.