Desde Babel, no hay manera de entenderse con un polaco, un chino o un sueco si no es invirtiendo buena parte de nuestro tiempo y dinero aprendiendo idiomas. En los últimos tiempos a a causa del boom demográfico que se está produciendo en Latinoamérica (a ver si cunde el ejemplo) el español está cogiendo cada vez más fuerza. Conforme a esto, cada vez son más los extranjeros que vienen a la Isla para mejorar su castellano a la vez que disfrutan del verano mallorquín.
Sebastià Roig es director de los cursos de español para extranjeros que se imparten en el edificio de Sa Riera. Sebastià nos comenta que «lo que más nos interesa es que los alumnos sepan desenvolverse en español en situaciones cotidianas. Una buena opción es la posibilidad que se ofrece a los alumnos avanzados de realizar prácticas en un hotel». En las clases no hay un tipo de alumno predeterminado. Sin embargo, en esta ocasión destaca un grupo de estudiantes rusos que han venido a través de un convenio firmado entre la UIB y su universidad.
Ksenia Paurtina y Ninny Aiuto son dos de los alumnos más avanzados del curso. Nos dicen que no encuentran el idioma especialmente difícil, a pesar de que Ksenia afirma que debe perfeccionar aún su acento. Ninny, por su parte, es un estudiante siciliano de lengua y literatura extranjera en Roma que nos comenta que para su trabajo resulta imprescindible el dominio del español. Ya ven, hay tiempo para todo, y parece que trabajo y placer no tienen por qué estar siempre a la greña.