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Un verano diferente

Los hoteles mantienen una ocupación alta, aunque sus beneficios disminuyen al verse obligados a rebajar los precios

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El crash de Internet, la inestabilidad bursátil o el 11-S se han presentado como desencadenantes de la actual crisis económica. Aunque tal vez la recesión no se deba a ninguno de estos hechos puntuales y simplemente responda a la fluctuación de los ciclos económicos que cada x años hace criba en el mercado.

Se ha comentado que Mallorca ha sido uno de los lugares más perjudicados por este hecho ya que ha descendido la ocupación hotelera en un 20%. Sin embargo, parece ser que la crisis no viene tanto por ahí ya que muchos hoteles cuelgan el cartelito de No quedan habitaciones libres. Y es que el porcentaje de turistas alojados, aunque no alcanza el 100% de otros años, se sitúa bastante próximo, eso sí, a costa de bajar los precios. Los hoteles son cada vez más accesibles y atraen a un turismo de menos recursos económicos.

Hay otro dato que se repite: como comenta Tomeu Obrador del Hotel Palace Muro, «Ha descendido el turismo alemán en torno a un 20%», y añade, «No creo que se les trate mal, ni que sea la ecotasa la responsable, sino que son las adversidades que cada año se encuentran en Mallorca, como las huelgas».

Menos mal que el vacío de los alemanes ha sido compensado con el turismo español que viene gracias a las ofertas, no siempre confesables, que realizan los hoteleros.

Según nos comenta Antonio Mesa, director del Botel Alcudiamar de 5 anclas «Se ha hecho oferta. Nosotros hemos bajado los precios entre un 10 y un 15% en momentos puntuales como en abril». Por ese motivo y porque es un establecimiento joven ha aumentado su ocupación hasta un 20% en julio respecto al año pasado. El Arenal, por su dedicación al turismo alemán, debería ser dramática, pero paradójicamente nos encontramos con hoteles repletos. Y es que la combinación de este verano es la de: ocupación alta, rebaja de precios y españoles en lugar de alemanes.

El Arenal, por su dedicación al turismo alemán, debería ser dramática, pero paradójicamente nos encontramos con hoteles repletos. Y es que la combinación de este verano es la de: ocupación alta, rebaja de precios y españoles en lugar de alemanes.

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