Los pinos de la Porta de Santa Catalina no tienen ningún valor diferenciador del resto de los pinos que hay en la ciudad para ser declarados como árboles singulares. Ésta es la principal argumentación que ha hecho valer el Ajuntament de Palma para evitar que la Conselleria de Medi Ambient otorgue esta categoría a los ejemplares, un expediente que debe resolverse antes del mes de septiembre. En el registro de Àrboles Singulares de les Illes Balears de la Conselleria de Medi Ambient tan sólo figura un árbol del término municipal de Palma: s'Olivera de Son Muntaner, un árbol de mil años de antigüedad que se incluyó en 2001 en el registro. Medi Ambient tiene previsto declarar algunos más durante 2002. Se trata de la Bella Sombra de la plaça de la Reina, el ficus del cementerio de Palma, el ficus de La Misericòrdia, la lagunaria de sa Llotja, el olivo de Cort y los 19 pinos de la plaça de la Porta de Santa Catalina.
Cort no tiene ninguna duda sobre los otros árboles, pero ha reconocido en muchas ocasiones que hay miles de árboles en Palma mucho más importantes que los pinos de la Porta de Santa Catalina. «Para comenzar, tenemos árboles milenarios en el bosque del Castell de Bellver que tienen mucho más valor, y después hay otros muchos alrededor de la ciudad», explicó José María Rodríguez, concejal de Mantenimiento de Cort. Otro de los hechos que más ha indignado al Ajuntament de Palma es el «doble juego que realiza la Conselleria de Medi Ambient ante las denuncias de los ecologistas».
Cort denunció en su momento que Medi Ambient sólo hacía caso al GOB cuando sus quejas iban contra el Ajuntament de Palma y no lo hacía cuando afectaban a actuaciones realizadas en municipios gobernados por los partidos del Pacte de Progrés. «Uno de los ejemplos más claros es el de las amèlies de Manacor. El GOB también pidió su declaración como árboles singulares, cosa que no se ha producido. Estos árboles tienen mucho más valor que los pinos de la Porta de Santa Catalina». Por su parte, el PP ha denunciado en numerosas ocasiones la tala de cipreses en la carretera de Valldemossa, así como la desaparición de encinas por unas obras que realiza el Consell de Mallorca.