Son mayores, y qué, cuando comenzaron hace cuatro años no sabía nadar niguno prácticamente, ahora casi no hay quien les haga salir del agua. No hay una edad concreta para asistir a los cursillos de natación que el Consell imparte en las piscinas del Llar dels Ancians, uno puede encontrarse sin ningún problema con personas de 60 a 90 años. En los cursillos que en los meses de verano de julio y agosto aparte de miembros del Llar, participan también miembros de la Residencia Sa Nostra que también los patrocina, así como componentes de los clubs de los alrededores de la residencia.
Los cursos que se extienden durante los meses estivales desde hace cuatro años, cada año cuentan con más asistencia, ahora son más de 180 los que están inscritos en los cursillos. Se divierten y se sienten bien en el agua, no hay uno sólo de ellos que te diga lo contrario, todos están encantados, con sus problemas de rodilas, caderas, protésis, artrosis, no hay uno que no disfrute dentro del agua como si fuesen enanos. Margarita, Manuela, Rosa, las Marías, Francisca, Joana, Catalina o Candelaria, cada una con su problema y con su edad todas disfurtan dentro del agua todas se sienten mejor y disfrutan, «es una inyección de vitalidad», afirman. Manuela es otra de las alumnas del cursillo, ella que sin su silla no se puede mover fuera del agua, dentro de él no para un segundo.
Están divididos en tres grupos, el básico, el medio y el avanzado, en clases de 40 minutos en las que primero hacen ejercicios de calentamiento, luego pefeccionan su crol y la espalda para finalizar con lo más divertido para ellos, los juegos con las tablas, las pelotas y los churros.