Sol, playa, mar, altas temperaturas... Ese es el principal patromonio de Mallorca en estas fechas, realidad que en estos últimos días se ha visto alterada a causa de un frente metereológico propio de un día de invierno.
Si no era suficiente la crisis turística que padece la Isla, con estos días sin sol, con nubes y alguna que otra gota de lluvia, Mallorca presenta una imagen poco veraniega. Sin duda, un mes de julio atípico. Playas abandonadas, terrazas de bares vacías y turistas encerrados en sus hoteles, mostraban ayer una triste estampa de 15 de julio. Sólo las rebajas han hecho sonreir la Isla.
Durante la mañana de ayer, podía verse a gente paseando por la arena, leyendo un libro o incluso a algunos tumbados al «sol», pero poca cosa más. Y no hablemos de meterse en el agua, que no estaba precisamente a buena temperatura. Aunque está claro que hay gente para todo.
En la playa del Port d'Alcúdia nos encontramos con Steven, un inglés de 17 años que se estaba pegando un chapuzón. Según dice «No quiero que el tiempo me impida hacer lo que deseo. Hoy me apetecía bañarme y aquí estoy».
En estos días los buses van llenos en buscan de una Mallorca alternativa a las mojadas playas que en algunos casos muestran la bandera roja, como en la Cala Sant Vicenç. Los turistas que llegan a Mallorca para disfrutar del habitual sol ven como sus días de vacaciones vuelan sin apenas comenzar a cumplir sus expectativas veraniegas. Este es el caso de Iñigo y Narciso, que caminan por el interior del Corte Inglés en busca de las rebajas. Estos jóvenes procedentes de Navarra se mostraban contrariados con el mal tiempo. «Nosotros venimos de una zona en la que no hace buen tiempo y estamos un poco decepcionados con lo que nos hemos encontrado al llegar», se queja Iñigo.