Calor, bañistas, tiendas y muchos «chiringuitos» en s'Arenal. Un año más han comenzado las vacaciones para miles de turistas que se acercan hasta la Isla en busca de sol y ambiente, y de paso a gastar unos cuantos euros en esta tierra.
Pero algo ha cambiado en las mañanas de s'Arenal y Jamie, una joven alemana, lo ha notado nada más instalarse en el hotel: «El año pasado había más bullicio, pero ahora hay demasiada calma». Y tiene razón. El turismo ha descendido en esta primera semana de julio en un 6%, cerca de 40.000 turistas menos de un total de 4.106 aeronaves procedentes sobre todo de Alemania.
«Quizás este bajón se deba a que todavía quedan resquicios de la histeria de coger un avión tras el 11-S, aunque yo creo que principalmente es porque el euro ha subido los precios», opina Jamie. Pero desde luego esta bajada de turismo se debe especialmente a que la entrada de la nueva moneda ha supuesto un desgaste adicional a la cartera. Y es que por ejemplo tomar un botellín de agua de 50 cl en los bares de la playa cuesta la friolera de 1'55E.
Ningún turista escapa al redondeo de los precios. Peter y Sabine han venido por segunda vez desde Dusseldorf, pero este año las vacaciones les han supuesto un esfuerzo adicional: «Con el euro todos los precios han subido y venir de vacaciones a Mallorca no es tan fácil. Además, como zona turística esto es caro y muchos no tienen más remedio que elegir destinos más asequibles». Así, mientras el verano pasado nos visitaron cerca de 3.400.000 alemanes, este año se prevé que la cifra baje considerablemente, porque se prefieren destinos más baratos como es el caso de Turquía.
Isabella y Stefan Leibrandt, son una pareja alemana que está a favor de la ecotasa: «Es una buena idea. Nos interesa ir de vacaciones para estar a gusto y esto está determinado por el propio paisaje y los servicios en general». Además, si hay una opinión compartida entre los turistas es que una vez que se paga el hotel, comidas, caprichos y demás gastos propios de las vacaciones, la ecotasa no supone ningún gasto excesivo para el bolsillo. «Es sólo un euro por día y en playas alemanas se llegan a pagar dos o incluso tres euros», apunta Isabella.