El vicepresidente de Cuba, José Ramón Fernández, que firmó ayer en Palma un acuerdo con el Govern de colaboración para el desarrollo de los sectores de agricultura, sanidad, asuntos sociales, obras públicas, medio ambiente, cultura y cooperación internacional, criticó duramente la última campaña de desprestigio llevada a cabo por Washington, «es una calumnia que estamos preparando armas biológicas o que facilitamos infraestructura a los grupos terroristas. Se trata simplemente de una política agresiva de la Administración Bush».
Fernández añadió que este tipo de hechos se encuadra dentro del «bloqueo al que el pueblo cubano se ve sometido» desde hace 40 años. En los que se ha atacado a nuestras costas e intentado asesinar al presidente de Cuba, Fidel Castro, por parte del Gobierno de Estados Unidos. Actuaciones que se han demostrado tras 40 años con los documentos desclasificados por la administración estadounidense».
Dentro de esta estrategia denunció el «recrudecimiento» que está habiendo con le ley Helms-Burton. Reconoció que el efecto del 11-S también se está notando en Cuba, «es preocupante la merma del turismo, pero en Cuba no hemos bajado los precios», afirmó el vicepresidente cubano. Además, consideró que «nuestra tranquilidad, nuestro mar y nuestro sol son satisfactorios para el turista» e insistió en que «no creemos que Cuba sea más caro que otras regiones con características similares».
Respecto al Gobierno español, Fernández calificó de «relaciones respetuosas» las mantenidas entre España y Cuba aunque, añadió, «quizá desearíamos que fueran más extensas».
Alabó la postura de la cadena hotelera Sol Meliá por haber apostado por Cuba y señaló que, desde el pasado 1 de junio, en Varadero se acepta el euro como medio de pago y no descartó que esta práctica pueda extenderse a otras regiones de Cuba.