Sin partido del Mundial en juego y con altísimas temperaturas, seguro que los que se fueron a bañar se encontraron con que las playas estaban a rebosar. Nos referimos a playas de Palma (Can Pere Antoni, Ciutat Jardí y Platja de Palma), aunque suponemos que todas las de la Isla debieron de estar más o menos a tope, y eso que turísticamente no es un año bueno, a pesar de que algunos se empeñen en decir lo contrario o endulzarlo dicendo que tiende a mejorar.
Pero ésa es otra historia que nada tiene que ver con la que les contamos: playas llenas, no de turistas únicamente, sino de palmesanos o residentes, lo cual se percibía a poco de echar a caminar sobre la arena, sobre todo de las de Can Pere Antoni y, muy especialmente, Ciutat Jardí, donde a partir del mediodía no era fácil poder extender la toalla.