A primeras horas de la mañana, sobre las 8.00, un grupo de cincuenta piquetes estaba concentrado en la Plaça Joan Carles I. El sindicalista A. Martínez, de UGT, dijo que «vamos a movernos por el centro de la ciudad para luego concentrarnos con los piquetes de la Plaça d'Espanya, y así unir fuerte».
Los megáfonos comenzaron a sonar con insistencia a partir de las 9.00: «¡La precariedad laboral es la más alta de Europa. Los empresarios quieren un poder absoluto sobre los trabajadores, lo que fomenta el abuso patronal. El abuso en el trabajo está de moda!». Poco a poco, el grupo fue avanzando por la Plaça des Mercat, entrando en un céntrico café, una panadería y una peluquería. A esa hora, había muy pocas tiendas abiertas, pero no fue así a partir de las 10.00, cuando algunos establecimientos decidieron abrir sus puertas. La acción de los piquetes fue inmediata y se concentraron frente a cada puerta de la calle San Miquel para forzar a los comerciantes a cerrar: «¡Estamos en huelga, hoy no se trabaja!». La reacción de los comerciantes varió. En algunos casos se llegó a los insultos verbales y hasta alguna pelea. Expresiones como «esquirola» o «hija de puta» se repitieron por parte de sindicalistas y empresarios.
En la plaça Mare de Déu de la Salut se concentraron, finalmente los dos grupos de piquetes, que marcharon conjuntamente hacia la Plaça Major, donde se hicieron algunos parlamentos reivindicativos. Luego en la calle Jaime II, se siguieron cerrando tiendas hasta prácticamente llegar a Jaime III, donde el grupo -ya bastante numeroso- se dirigió al Corte Inglés. Allí pudieron entrar dos representantes sindicales, que estuvieron informando a los trabajadores durante 10 minutos sin más incidentes. C. Barredo, del comité de huelga de CC OO, aseguró: «Nos han dejado pasar, y lo único que hemos podido hacer es hablar con los trabajadores de esta empresa e informarles de que ellos también tienen el derecho a la huelga. En El Corte Inglés de las Avenidas ha habido más tensión, ya que no dejaron pasar a nadie».