Cuando los vendedores ambulantes se instalan en la explanada ubicada en la carretera de s'Arenal, entre el balneario siete y la plaza de las Maravillas, es una señal inequívoca de que la temporada turística ha comenzado en la Platja de Palma.
El mercadillo abrió el pasado 15 de mayo y se prolongará hasta el próximo 15 de octubre. Alrededor de las siete de la tarde, cuando el sol va bajando, los vendedores llegan con toda su mercancía y material para montar el tenderete y en pocos minutos lo colocan de manera minuciosa en su puesto habitual, de manera que estos productos puedan atraer a los visitantes que estén interesados en adquirirlos.
Hay una amplia oferta en artículos de bisutería de todos los estilos, artesanía africana, caricaturas y varios lugares donde hacen trenzas, en una veintena de puestos de venta. Los vendedores afirman que «todavía no hay el ambiente que se espera a partir de las próximas semanas que comenzará la época estival y en adelante». Reina un clima cordial de camaradería y amistad entre los vendedores que provienen de grupos étnicos muy dispares como el europeo, magrebí, subsahariano, sudamericano y oriental. «Somos como una gran familia», afirma una de las vendedoras africanas.
También amenizan las noches de la Platja de Palma con su música andina los ecuatorianos que llegan cada día con mucho afán para deleitar a todos los presentes, además disponen de un puesto en donde venden su música y algunos instrumentos de viento.