Miles de visitantes acudieron ayer a la base aérea de Son Sant Joan, que, con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, celebró una jornada de puertas abiertas.
La asistencia masiva de vehículos particulares desbordó todas las previsiones hasta llegar a colapsar por completo la carretera de Manacor desde la Vía de Cintura hasta la base, con retenciones de casi tres horas. Unas retenciones que en ningún momento pudieron controlar las cinco patrullas de la Guardia Civil de Tráfico, que se vio desbordada y sólo controló el acceso a la base pero no se dejó ver en la larguísima caravana de vehículos atascados. La Policía Local, por su parte, brilló por su ausencia. Nadie informó de la posibilidad de rutas alternativas para sortear el atasco. El colapso circulatorio también afectó a los autobuses destinados por la EMT, que pese a que circularon, lo hicieron con gran retraso, lo que impacientó a muchos ciudadanos. El autobús que salió a las once de la mañana llegó a la una y cuarto. Cientos de personas que pretendían llegar a la base no lo consiguieron y tuvieron que conformarse con ver las acrobacias aéreas desde la carretera.
El objetivo de la celebración, sin precedentes en Mallorca, tanto por la afluencia de público como por la espectacular exhibición aérea y de material estático, con participación de la Armada y el Ejército de Tierra, fue el mostrar la eficacia y razón de ser de las Fuerzas Armadas. Así, los visitantes tuvieron ocasión de conocer las distintas actuaciones españolas en territorio nacional y en el extranjero.
El programa de actos dio comienzo a las 10.15 horas con el Bautismo del Aire en un helicóptero HD-19 Puma del 801 Escuadrón, que ofreció la posibilidad de experimentar el vuelo a los más pequeños. A continuación, la Guardia Civil realizó una exhibición de desactivación de explosivos y con perros antidroga, como preludio al vuelo de un UD-13 Canadair «apagafuegos», que lanzó su carga de agua sobre la pista simulando un ejercicio de lucha contra el fuego.