CARMEN FELGUEROSO
Ayer en el Arxiu del Regne de Mallorca, a las 20'00 h.,la Fundació
Olivar y Drets Humans de Mallorca organizó la presentación del
libro de Marie-Beatrice Umutesi, una mujer ruandesa, socióloga de
formación, «Fugir o morir al Zaire. Testimoni d'una refugiada
ruandesa». Umutesi relata en el libro la experiencia que vivió en
el momento en el que se vió obligada a huir cuando mataron al
presidente que había sido elegido democráticamente, Kabyarimana, y
comenzó la guerra civil, viéndose obligada a refugiarse durante dos
años, junto a miles de personas en un campo del Kivu (RD
Congo).
Todavía quedaba lo peor, en 1996 los rebeldes del frente patriótico ruandés destruirían los campos de refugiados y los obligarían a huir de nuevo, teniendo que caminar más de 2000km a través de la selva. Fué a lo largo de ese camino donde de los quinientos mil que comenzaron la huída quedaron tan solo cien mil. Cuando Marie finalizó por fin el calvario del éxodo, se sentía tan indignada ante la situación que acababa de vivir que quiso que el mundo conociera las injusticias que había vivido y porque habían muerto tantas personas. Durante el tiempo que duró su calvario particular Marie tuvo que ver como amigos, niños y familias incluso, morían debido a la falta de ayuda, y a que la llamada «comunidad internacional» cerrase los ojos ante este hecho.
El libro ha resultado una manera de desahogarse por parte de su autora, cuya pretensión ha sido recordar a todos aquellos que quedaron durante la cruzada del Congo y para que la «comunidad internacional» no los olvide por una segunda vez, así como que no sean olvidados los culpables de aquel genocidio y la gente tome conciencia de lo ocurrido. La autora quiere que la gente se de cuenta de lo ocurrido, de que detrás de cada guerra hay personas, mujeres o niños que mueren y sufren sus consecuencias. Es un llamamiento para que se rebelen contra estas guerras y el olvido de quienes quedan en ellas, generalmente inocentes.
Marie Umutesi se alegra de que la gente vea y conozca hechos como el ocurrido el pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, la gente tomó conciencia de él, porque cualquier muerte es una muerte, pero al mismo tiempo encuentra frustrante el hecho de que una muerte americana tenga más atención que una africana, porque con una muerte , sea de quien sea siempre se pierde algo. Esta mujer que en su libro afirma: «He atravesado el infierno y quiero declarar en nombre de quienes perecieron en la tormenta», actualmente vive en Méjico y sabe que no puede volver al país donde nació.