Mallorca es una caja de sorpresas. Te das un paseo y te tropiezas con un famoso, sobre todo a partir de estas fechas del año. Y quien dice un famoso, dice con alguien que es noticia por tal o cual cosa que nada tiene que ver con el glamour ni el corazón. Lo digo porque anteayer, Francisco González, presidente del BBVA, leía plácidamente el periódico sentado en la Consigna del Port d'Andratx. Eso sí, observado por varios escoltas que no le perdían de vista. De pronto, un repentino dolor de cabeza le obligó a acudir a la farmacia a buscar remedio. Luego, sin prisas, dándose un paseíto, se dirigió hacia su automóvil, aparcado no muy lejos. Antes de ponerse al volante, se quitó la americana. Por lo que hemos podido saber, el presidente de la entidad bancaria tiene una casa en sa Mola, y tiene, o tenía, lancha en el Club de Vela, en el mismo pantalán donde la tenía Suárez. Y si hasta ahora ha pasado desapercibido, me temo que con eso de tanto salir en los papeles ya no va a poder.
Claudia y su ajustado pantalón de golf
Aunque la vimos partir el sábado por la noche desde la base de
aviones privados, alguien nos dijo que Claudia había regresado
ayer. Así que nos pusimos a buscarla entre Camp de Mar y Cala
Llamp. Ahí, rastreamos hasta el Beach Club, que ayer inició la
temporada. Pero no. Había gente, pero ella no. «Seguro que sigue en
Londres, adonde voló anteanoche», nos dijo alguien de la zona. Por
cierto, en la víspera, durante la partida de golf, observamos lo
muy pendiente que está de todo doña Gudrum, y que Claudia, o no
lleva braguitas, o son tan especiales "y pequeñísimas" que ni se
notan a pesar de lo ajustadísimo de sus pantalones.