Tomás Garrido ocupa desde hace dos meses la presidencia de la Fundació PIME Balears, una entidad que agrupa a 25.000 empresarios de la pequeña y mediana empresa. Hasta hace dos años representaba a PIME Mallorca, cargo que ocupó durante cuatro años. Ahora, su trabajo se encauza hacia la «humanización» del sector empresarial, aunque sin desvincularse de la actualidad que afecta a este sector. «La Fundació nació en 1992 y desde entonces ha ido haciendo campañas tan importantes como «No la llancis» o el inicio de «La sonrisa médica». Me propusieron ser presidente y acepté, quiero modernizar la asociación», afirma.
«La Fundación no puede conformarse con lo que está haciendo, las Pimes tampoco, hay que hacer más, ser solidarios, las pequeñas empresas deben devolver algo a la sociedad de todo lo que les ha dado», añade. Garrido habla del «patrimonio humano de los empresarios» y afirma que «también dentro del mundo empresarial hay gente marginada. Hemos de tener en cuenta a personas y pequeñas empresas que no han tenido un brillante desarrollo, hay empresarios descolgados de su empresa por motivos de jubilación. Desde la Fundación, queremos integrarlos en el sector; si el mundo empresarial fuera capaz de sintonizar con ellos, sería lo mejor».
Para ello, Garrido plantea la celebración de talleres y reuniones con el objetivo de conocer y recoger todas las iniciativas y actividades que se propongan. «La grandeza de PIME es esto: además de la empresa, poder contar con los empresarios que han formado parte de ella», afirma. «Hay gente que está metida en su negocio y no ve más allá. Algunos no han previsto su jubilación; otros, han querido modernizarse y se han dado cuenta de que ya eran algo mayores, caen en picado y desaparecen. Quiero aglutinar los sentimientos de las personas que intervienen en este proceso social».
De hecho, el presidente de la Fundació PIME considera al sector empresarial como un agente social más. «Las instituciones quieren resolver problemas y lo hacen a su manera. Nosotros aplicamos el lado humano a un colectivo a veces marginado. Estamos pendientes de cerrar la campaña del año pasado para comenzar una nueva». Garrido continúa participando como un empresario más en Fomento de Turismo. «Quiero llevar mi mensaje a otros círculos. Siempre estaré vinculado al sector empresarial. Con el tema de la ecotasa ya dimos nuestra opinión. El mayor problema que tiene el empresario de la pequeña y mediana empresa es la falta de seguridad para poder continuar con sus respectivos negocios».
«Estamos atados al sector turístico y al de la construcción. Somos partidarios de pensar que también tenemos voz y voto. Cuando los hoteleros funcionan mal, nosotros lo sentimos. La Administración debe ser consciente de hacia dónde vamos porque no podemos mantener una lucha empresarios contra empresarios y con la Administración». Por último, Garrido señaló que la Fundació Balears se nutre económicamente de ayudas y donaciones «y el dinero recogido en las campañas van dirigidas a Deixalles, que es una parte de la pequeña empresa».