Francisco Sánchez pide que le concedan la incapacidad
laboral total y le mandan que se opere
Francisco Sánchez Martínez, de 58 años, en el paro, lleva hoy a
juicio a la Seguridad Social. Resulta que este pintor, adscrito
hasta que causó baja "fue despedido" a la nómina de una
multinacional automovilística con sede en Palma, tiene problemas en
el hombro y en los pies que le impiden desarrollar su trabajo, por
lo que pide la incapacidad laboral total, cosa que la Seguridad
Social no le da, sino que le aconseja que se opere, «a pesar del
informe "nos lo muestra" que ha hecho una doctora tras haberme
realizado una revisión médica», informe en el que se lee que 'el
señor Sánchez no se halla en condiciones de desarrollar su trabajo
con normalidad y de forma competitiva, habiendo perdido la aptitud
para el puesto que desarrolló "apostillando" que de seguir
realizándolo verá agravada su lesión'. Sánchez no busca la
incapacidad total como excusa para no trabajar y vivir de ella el
resto de su vida, sino porque no está bien y porque está convencido
de que una operación no le resolverá el problema. «Y más cuando la
Seguridad Social no me da garantías de que después de la operación
vaya a quedar bien. Y como a causa de otra operación, a la que
aconsejó que me sometiera, he tenido problemas, me niego a seguir
siendo su banco de pruebas». La operación "y los problemas que
siguieron a ésta" a los que se refiere Francisco Sánchez es que
«durante muchos años tuve un tumor en el oído, con el que convivía
sin que alterara para nada mi vida. Un día, el médico de Son Dureta
me dijo que ese tumor era como llevar una bomba de relojería en la
oreja, por lo que me aconsejó que me operara. Tras pensármelo, me
operé. Desde entonces me he operado seis veces y voy camino de la
séptima. ¿Y qué ha pasado? ¿Me he librado del tumor? Todo lo
contrario: con las operaciones, hemos despertado el mal, que en vez
de mejorar ha empeorado. El médico me ha dicho que he tenido mala
suerte, pues de cada mil casos sólo se da uno, el mío. ¡Qué
casualidad! O ¡qué mala pata! Ahora tengo el problema en un hombro,
que no me quedó bien tras un accidente, y en los pies,
concretamente en juanetes y metatarsos. En la Seguridad Social, me
dicen que me opere, pero no me dan garantías de que quede bien. O
sea, que puede ocurrir lo del oído. Porque ahora más o menos ando,
pero ¿andaré tras la operación, o deberé llevar muletas? Y si me
quedo con muletas de por vida, ¿me dirán otra vez que he tenido
mala suerte, que mi caso es uno entre mil...? ¿Dónde están los
derechos humanos para la Seguridad Social? Porque si yo tuviera 30
años me operaría, pues tendría tiempo para una rehabilitación, pero
no ahora, con 58, y con la experiencia del oído. Por eso, me niego
a seguir siendo conejito de indias».
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