Por las prisas y el espacio, del que no anduve muy sobrado, el viernes pasado se me quedaron en el tintero algunas notas sobre el Meliá White House, de Londres, inaugurado la noche anterior por Sebastián Escarrer. Dicho hotel, que fue adquirido por Sol Meliá a finales de 1999 por 80 millones de euros, y que ha sido recientemente reformado tras haber hecho una inversión de 80 millones de euros, está situado en el centro comercial y turístico de Londres, a un tiro de piedra de Oxford Street, Picadilly Circus y Regent Park, y algo más lejos, que no mucho, de lugares emblemáticos de la capital tales como Madame Tussaud, Buckingham Palace, abadía de Westminster, Museo Británico, Torre de Londres, etc., a los que se puede llegar dándose un paseo.
Igualmente, el hotel está perfectamente comunicado a través de metro y taxi con las estaciones (Victoria y Paddington) a las que llegan los trenes que en apenas tres cuartos de hora le transportan a uno cómodamente desde los dos aeropuertos más importantes, Heathrow y Gatwick.
Construido en 1936, fue sede de la Fabien Society, a la que pertenecieron intelectuales de la talla de los Bernard Shaw y Virginia Wolf. Fue catalogado como edificio singular, en lo que influyó seguramente su fachada "de noche, e iluminada, es preciosa" de estilo Art Decó. Para hacernos un poco a la idea de cómo es el Meliá White House, les diré que, distribuidas en ocho plantas, tiene 582 habitaciones de las cuales 285 son dobles, 66 superiores Deluxe, 69 júnior suites, 3 máster suites y 159 de las denominadas servicio real, dotadas de servicios muy exclusivos.