Alejandro Ruiz Huerta es uno de los abogados supervivientes de la matanza de Atocha, herido en los hechos y autor del libro «La memoria incómoda. Los abogados de Atocha», que anoche presentó en un acto celebrado en la sede del Colegio de Abogados de Balears al que asistieron numerosas personas, entre otras, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB), Àngel Reigosa, y el fiscal jefe de las Islas, Antonio de Vicente Tutor. «Hay que recuperar la memoria de una parte de nuestra historia que nunca debe olvidarse, en el XXV aniversario del asesinato de los abogados laboralistas de la calle Atocha, ocurrido en enero de 1977», dijo Ruiz Huerta. La matanza de Atocha tuvo lugar cuando nueve personas fueron ametralladas en un despacho de abogados por un grupo ultraderechista.
El acto se celebró en la sede del Colegio de Abogados en recuerdo de los abogados Luis Javier Benavides, Enrique Valdevira, Serafín Holgado y Francisco Javier Sahuquillo, además del administrativo Àngel Elías Rodríguez. Según el autor del libro, «esos hechos deben servir no sólo para recordar a los caídos esa noche sino también para trasladar el reconocimiento a otras víctimas de la represión de la época, y sobre todo, para que las nuevas generaciones conozcan estos acontecimientos históricos». Añadió que «durante mucho tiempo, y no se sabe por qué, se ha silenciado la memoria de lo que fueron las raíces de la transición política en España. Mi objetivo es reconstruir esa memoria para darla a conocer, sobre todo, a las nuevas generaciones de españoles».
En el transcurso del acto, los abogados Félix Pons, Catalina Moragues, Ferrán Gomila y Lluís Morell participaron en la mesa redonda «El papel del abogado en la transición española». Todos ellos destacaron el papel desempeñado por los letrados fallecidos en defensa de la libertad. También estuvo presente una amplia representación del sindicato CC OO encabezada por su secretario general, Josep Benedict. El decano de los abogados, Joan Font, se congratuló de poder organizar en el colegio un acto «tan significativo como éste» y destacó el papel protogonista que tuvieron los letrados asesinados en el ejercicio de su profesión.