Un total de 129 jóvenes de entre 16 y 19 años participan en estos momentos en el denominado programa Dalias, una iniciativa del Govern puesta en marcha a través de la Direcció General de Menors de la Conselleria de Benestar Social y la Conselleria de Treball que ha cumplido su primer lustro. Dirigido por Pere Mas y cofinanciado por el Govern y el Fondo Social Europeo, el programa ofrece toda una serie de acciones formativas destinadas a jóvenes de 16 a 19 años que han tenido una mala experiencia escolar pero que están interesados en aprender un oficio fuera del circuito de la educación reglada.
Aina Rado, directora general de Menors, explicó que el programa ofrece dos tipos de formación: los talleres, para grupos reducidos de 7 a 9 alumnos, con una duración de 755 horas a lo largo de ocho meses, y los que se denominan procesos formativos individualizados, para uno o dos alumnos que por su lugar de residencia no tienen fácil acceso a los talleres, como por ejemplo los jóvenes de Formentera o de algunos pueblos pequeños. En este caso, el curso tiene una duración de seis meses a media jornada.
Los talleres ocupan en estos momentos a 62 alumnos y otros 67 se están formando de forma individualizada. Además, existe una lista de espera de 45 usuarios. De esos 62 alumnos, diez acuden a un taller de aprendizaje de peluquería que se realiza en Eivissa, otros nueve aprenden cocina y restauración también en Eivissa y nueve más se forman en mecánica y restauración en Manacor. Además, hay dos talleres con siete chicos cada uno de mecánica de automoción, ambos en Palma, otro de cocina con siete alumnos en Menorca y otro de mecánica de motos con siete aprendices en Menorca.
Por último, hay otros seis alumnos en un taller de mecánica de motos que se ha abierto expresamente en el interior del centro de menores de es Pinaret (Marratxí), lo que supone una novedad de esta edición del programa. Rado aclaró que «la formación ocupacional se diferencia de otras ofertas formativas por cuanto se realiza en escenarios reales de producción. Son talleres que, aunque disminuyan su productividad, no la paran» y añadió que de este modo «los alumnos se van acostumbrando al entorno laboral y aprenden a ser responsables».