El Parlament triunfó frente a la entrega de Medalles d'Or y premios Ramon Llull organizada por el Govern en el Conservatori. No sólo los 'trapitos' consiguieron que brillara más la celebración al Estatuto de Autonomía. El escenario y el refresco jugaron en contra de Antich y a favor de Morales. Allí estaba yo, enviada especial en ambas zonas, para comprobar que los canapés en cuchara del Parlament resultaron mucho más 'in' que las patatillas, cacahuetes y cocas del Govern. Aunque quiero destacar que los bocadillos de filete restaron finura a pesar del apetito con el que los trasegaban los caballeros.
Las señoras parecían muy conscientes de lo que engorda el picoteo y a buen seguro que quieren seguir entrando en sus trajes. Fue en los zapatos donde todas triunfaron. La más, la consellera Aina Salom, quien me confesó que, desde niña, siente verdadera pasión por ellos, debilidad que nos hermana. Aprovechando la intimidad de la charla piropeé su buen gusto para seguir las tendencias. De zapatos también hablé con Maria Antònia Munar, a quien predije grandes sufrimientos de espalda por culpa de sus stilettos.
Ella me recordó que los taconazos no se inventaron para proteger nuestra salud de mujeres. Genial. Otra sincera confesión que recogí: Catalina Cirer convirtió la flor de un coletero en una auténtica imitación de Chanel. U otra. La concejala Maria Antònia Carrasco, campeona de natación, sabe que sus brazos y espalda lucen genial al aire.