Angela se ha comprado un piso en Son Ferrer. Pidió que estuviera preparado para que en él viviera un minusválido "ella: no tiene piernas ni pies, y le faltan dedos en las manos" y como tal se lo vendieron, pero, a nada que empezó a vivir en él surgieron los problemas. (Antes que nada les recordaré que Àngela denunció a Tabacalera hace unos meses alegando que el tabaquismo la había dejado en el estado físico y anímico en que se encuentra). Àngela nos muestra la casa desde que se entra hasta que se sale. Se entra "ella" a través de una rampa, que dada su inclinación, como no sea con un cochecito de motor, no puede subirla. Y cuando trata de bajarla, dada también la inclinación, se la puede pegar contra los barrotes de la curva.
Como en el cuarto de baño no hay asideros a los que se pueda sujetar para salir o sentarse en la silla de ruedas, tiene que hacerlo a pulso, con lo cual se puede caer camino del inodoro o de la bañera. Por otra parte, en el cuarto de baño hay una columna que no permite maniobrar al cochecito y, encima, la puerta cuando se abre oculta el lavabo. Hay también otra rampa para acceder al jardín que está peor que la de entrada, pues como no tiene sujeciones en las paredes, cuando trata de subirla, si no es con cochecito de motor, no puede. Por último, en el patio-jardín hay un desnivel que no le permite nivelar, con lo cual a la hora de tender la ropa, por ejemplo, puede caerse por el escalón.