El puerto de Palma recibió por vez primera la visita del pequeño crucero finlandés Kristina Regina, al que la Autoritat Portuària obsequió con una metopa conmemorativa. Esta unidad representa la antítesis de los megacruceros masificados, tanto por lo que afecta a su volumen y capacidad como a su diseño, inspirado en el más genuino clasicismo. Dos gruesas chimeneas y dos espigados mástiles, al estilo de los años 30, coronan su estructura de gran robustez. Diseñado para afrontar las inclemencias meteorológicas del Báltico, sus interiores rezuman el más cálido ambiente escandinavo, entre maderas nobles de tono oscuro y salas de ambiente íntimo y acogedor.
Con capacidad para apenas 350 pasajeros y 60 tripulantes, en la actualidad realiza un crucero por las islas del Mediterráneo entre Málaga y Grecia con escalas en Palma, Ajaccio (Córcega), Cagliari (Cerdeña), y Malta.
Construido en Suecia en 1960 como transbordador con el nombre de «Bore» propulsado por una antigua máquina de vapor de cuádruple expansión y rehabilitado en motonave de cruceros, sus dimensiones (4.295 toneladas de registro y 99 metros de eslora por 16 de manga), le permiten atracar en puertos inaccesibles para los buques de mayor porte. Durante este año tiene programado un amplio programa turístico con rutas que van desde el océano Àrtico al Àfrica tropical.