«El conjunto de la sociedad civil mallorquina hará lo posible para impedir que las compañías aéreas trasladen sus bases de operaciones de Palma a la Península», señaló ayer Fernando Piña, jefe de Seguridad en Vuelo de Balears y diputado del PP en el Parlament, antes de empezar a moderar la mesa redonda «seguridad en vuelo tras el 11-S y su incidencia en la formación de tripulaciones aéreas», organizada por Air Pal escuela de pilotos, adscrita a la Escuela de Turismo «Felipe Moreno».
A este respecto, el jefe de la Sección de Licencias de Vuelo de Aviación Civil, Luis Conde, señaló que Europa se avanzó al 11 de septiembre en medidas de seguridad aérea, «desde el 1 de junio de 2000 entró en vigor el programa JAR-FCL, sistema de formación y exámenes comunes para otorgar licencias de vuelo en 14 países europeos, está previsto que 20 más se incorporen en breve», añadió.
José Manuel del Pozo, delegado de Navegación Aérea en Balears dijo que hay que diferenciar entre los problemas de seguridad en tierra y en los que se producen en el aire, «el 11-S fue un problema de tierra y no de aviación, ámbito en el que la seguridad está plenamente garantizada. La única consecuencia del 11-S en España es que el Ministerio de Defensa nos ha pedido más atención y prudencia en los desvíos de los aviones», explicó.
Por otra parte, el presidente de la Escuela de Turismo, Felipe Moreno, presentó ayer el nuevo simulador de vuelo que ha supuesto un inversión de 100 millones de pesetas, sistema que pone a disposición de sus estudiantes y alquila a profesionales de la aviación. El simulador es uno de los ejes básicos para la enseñanza de pilotos en dicho centro, del que este año saldrá la primera promoción.