Llama la atención el cartelito que tienen colgado en la puerta. Lleno. Nos referimos al hotelito que durante toda la vida hemos visto en la calle Sant Miquel de Palma, casi enfrente de la gasolinera: el hotel Regina. Así que ayer, más que nada para matar la curiosidad, llamamos al timbre y apareció en la puerta Miquel Tomkin, el dueño. Inglés, cincuentón, bonachón, campechano, nos invitó a pasar.
Al poco se nos unieron el joven Craig y la algo más veterana Pam, las fuerzas vivas del establecimiento, ella con la misión de atender al que llega y de las labores de limpieza y él encargado de los asuntos que llegan por Internet a través de www.hotelespalma.com y www.gomallorca.com, webs que les están funcionando muy bien pues gracias a ellas se hacen bastantes reservas. De ahí que esté lleno. «Bueno, por eso "dice Miquel" y porque es un hotel céntrico y limpio». Y también "suponemos" por el precio, 39 euros por día. No incluye el desayuno.
A la zona de habitaciones se llega a través de la única escalera que hay que desemboca en una salita con sillones, sofá, mesa y revistas "además de un diminuto habitáculo para llamar por teléfono de monedas", de la que parten dos pasillos con las rooms a ambos lados. ¿Clientes? El hotel sólo tiene diez habitaciones. Suelen llegar desde Barcelona y Valencia, son, generalmente, hombres de negocios. ¿Que cómo se hizo Miquel con el hotel? Pues estando de vacaciones en Palma lo vio y como se vendía, lo compró, lo reformó y lo puso a funcionar.