La tendencia a la austeridad en colores, con predominio de negros, marrones y oscuros azules, así como cierto retorno a las líneas clásicas y el terciopelo como gran protagonista junto con las pieles pueden resumir la primera jornada de Pasarela Cibeles, que ayer contó con una importante presencia institucional. Ana Botella y Esperanza Aguirre, en el desfile de Roberto Torreta, la ministra de Educación, Pilar del Castillo, y el secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, en el de Devota & Lomba y el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, en el de Javier Larraínzar, quisieron apoyar la moda española.
Este último diseñador fue el encargado de inaugurar una edición, en la que se aprecia un esfuerzo por parte de los responsables del certamen para mejorarlo y promocionarlo. Juvenil y urbana, con predominio de las prendas de sport, fue la colección de Javier Larraínzar, en la que predominaron los tonos marrones, los verdes jaspeados y el negro, así como el cuero, el tejido vaquero, los terciopelos y los detalles de piel. Abrigos hasta el suelo, cortísimas faldas, amplios ponchos tanto en piel como en lana, y anchísimos cinturones a la cadera con tachuelas resumen unas propuestas en las que el madrileño no olvidó los trajes de chaqueta más clásicos.