Este diario ha iniciado una serie de reportajes para denunciar los casos de atentados al paisaje que se dan en Mallorca. El primer capítulo se dedicaba a un caso flagrante: la cantera de Establiments. Es indignante que lo primero que vea un visitante que llega a Mallorca sea una montaña destrozada. Ésta es la monumental bienvenida visible desde todos los ángulos de la bahía. Pasan los años, pasan los gobiernos en el Ajuntament, en el Consell y en el Govern, y ahí sigue la cantera sin que se perciba ningún signo de rehabilitación. No es el único atentado ecológico. Hay otros muchos que iremos denunciando con la colaboración de los lectores.
Esta campaña emprendida por Ultima Hora tiene un lema: «Salvem Mallorca». En las actuales circunstancias, en plena «crisis de la ecotasa», este lema tiene más justificación que nunca. Hay que salvar la Isla de tanta destrucción del paisaje... pero también hay que salvar Mallorca de esta absurda guerra protagonizada por los hoteleros y el Govern. La ciudadanos asisten perplejos a esta exhibición de descalificativos. No saben si la ecotasa será tan perjudicial como dicen los hoteleros. No saben si quien tiene razón es el Govern, ya que la cantidad que pagará cada turista es ínfima. Pero lo que sí ven es que estamos ante una virulenta lucha de poderes con dos contendientes que no piensan claudicar. Por un lado, un gobierno de izquierdas que no está dispuesto a renunciar a sus ideas por mucha presión que reciba de todo el sector turístico. Por otro, un sector, muy unido, al que le parece una temeridad jugar con el futuro económico de esta tiera simplemente por lo que entienden que es capricho ideológico.
En este fuego cruzado, en el que hay argumentos a favor y en contra de cada tesis, la que saldrá perjudicada será Mallorca. Es decir, todos. Para evitarlo hace falta, más que nunca, la reflexión y el diálogo. Y un propósito: acabar, como pide el presidente Antich, con este lamentable espectáculo.