La final del programa «Operación triunfo» en la primera cadena de la televisión pública española fue visto el lunes por la noche por más de 15 millones de telespectadores, lo que supone un nuevo récord para un programa no deportivo, según TVE. En el punto álgido de la velada, TVE-1 registró una audiencia de 15.356.000 telespectadores y un promedio cercano a 13 millones para todo el programa, que rivalizó con las finales de la Liga de Campeones de fútbol entre el Valencia y el Bayern de Munich (2001) y entre la Juventus y el Real Madrid (1998), que superaron los 13 millones de telespectadores.
En sólo cuatro meses, 16 jóvenes españoles anónimos se han convertido en un nuevo fenómeno mediático-social, batiendo récords de audiencia y salvando a la industria discográfica española de la crisis provocada por el pirateo de discos compactos. Uno de los tres ganadores de la final del lunes, elegidos por los votos telefónicos del público, Rosa López, David Bisbal y David Bustamante, será elegido en las próximas semanas para representar a España en el próximo festival de la canción de Eurovisión.
Javier González Ferrari, director general de RTVE, afirmó ayer que al concurso «Operación triunfo», «le queda por lo menos un par de temporadas más en TVE» y señaló que la clave de su éxito ha sido estar enfocado a toda la familia. Ferrari se mostró convencido de que el equipo de programación de Televisión Española debe colgarse una medalla y que «a toro pasado parece sencillo garantizar el éxito de 'Operación triunfo'».
Rosa López, la joven granadina que se proclamó ayer vencedora del programa, ha recibido ya ofertas de artistas consagrados para cantar con ella, como Julio Iglesias o Monserrat Caballé, según desvelaron algunos miembros de su familia. Los tres vencedores se enfrentaron ayer a las preguntas de los periodistas, en una multitudinaria rueda de prensa donde los jóvenes cantantes explicaron todos sus «miedos» y todas sus «ilusiones». Bisbal y Bustamante no ahorraron caricias y besos para Rosa, que dijo que «a Eurovisión tenemos que ir todos».