El Carnaval ya está aquí. En algunas localidades y núcleos de Mallorca celebraron el pasado fin de semana sus carnavales, y a la espera están los más populares y participativos, como son la Rua de la Platja de Palma, sa Rueta y sa Rua de Palma. En todas ellas particulares y grupos combinan el colorido, la imaginación y la originalidad, destacando los disfraces y todos sus complementos.
El maquillaje adecuado suele ser la guinda del pastel, en este caso del disfraz, que puede aumentar o disminuir la autenticidad. En los últimos años hemos visto de todo un poco. El esfuerzo de las comparsas es notable, pero podría mejorar. A veces los grupos menos numerosos no cuidan el acabado de los complementos, como son el calzado, peinados o maquillaje. Otra cosa son las galas de Carnaval y concurso de disfraces que se organizan para pequeños y mayores en lugares tradicionales. Y claro está que si hay que competir hay que estar muy bien.
Si no se nos da muy bien el maquillarnos en casa, una opción es la de ponerse en manos de un buen profesional, en este caso León López, maquillador de la perfumería La Central, o la joven promesa en el campo de la estética, Laura Sirera, del salón Pompeya, ambos de Palma. León López, manchego que ha residido muchos años en Barcelona, es un gran profesional de la estética y maquillaje. Trabajó en Televisión Española y en importantes firmas de cosmética. Su gran sensibilidad para su trabajo lo convierten en un auténtico artista. León realizó a la modelo Paqui Salom una fantasía muy sensual con tonos naranja brillantes; barra de labios color coral, y sombra de purpurina plateada.
A Sandra Castilla le practicó otro con ocres en párpados y pómulos; sobrepárpado con gel de purpurina blanco y marrón claro a modo de antifaz que contrastó con rouge pasión para los labios. Para un resultado más espectacular les aplicó a ambas eye liner negro y pestañas postizas. Los disfraces de animales por su comodidad, y, a veces, por abrigar cuando el Carnaval viene adelantado, como son el ratón o el gato, requieren un maquillaje simpático y desenfadado. La joven Laura Sirera maquilló espléndidamente a la pícara Joana, a base de ceras en blanco, negro y amarillo, y lápices de color azul y rojo. Sus horas empleó pero el resultado valió la pena. Es una lástima que quienes se disfrazan de gato desechen un buen maquillaje y opten por ponerse un gran antifaz o máscara.