El presidente del grupo hotelero Sol Meliá, Gabriel Escarrer, mostró ayer en su stand de Fitur el malestar patente contra el Govern y la Conselleria de Turisme por su actitud antiturística en una coyuntura adversa para Balears por los bajos niveles de ventas de reservas, así como su postura contraria a que se aplique la ecotasa, pese al auto del Constitucional, «impuesto creado por el Govern que no tiene más alcance ni virtualidad que ser una baza electoralista y oportunista como injusta e inútil para nuestro futuro turístico». En declaraciones a Ultima Hora , ratifica que las ventas de reservas están en estos momentos un 25% más bajas en el Reino Unido y un 30% en Alemania, de ahí que exige más promoción, «pero la falta de sinergias entre el Govern y los empresarios turísticos provoca una dispersión de los recursos económicos y una mala adecuación de los mismos».
En cuanto a las medidas en materia de política turística, Escarrer afirma que «falta fe en el turismo, profesionalidad y voluntad política para llevar a cabo medidas que incidan de forma positiva. Por contra, sobran prepotencia, utopías y desprecios hacia quienes constituyen el entramado profesional y empresarial de nuestra realidad turística. Es lamentable que este Ejecutivo del Pacte de Progrés no crea realmente en el turismo, no tenga fe alguna en el mismo y no tenga entusiasmo ninguno para regularlo. Y hay demasiados hechos y sobran actuaciones y declaraciones públicas que así lo avalan, pues hemos visto cómo han presentado al turismo como el principal y casi único causante de todos nuestros males». Añade indicando que «cómo se puede tolerar que un presidente del Govern haga comentarios irónicos e irresponsables tal como que si en verano falta agua potable, que los clientes de los hoteles beban cerveza».
Dentro de esta dinámica el presidente de Sol Meliá apunta que «si nuestros representantes políticos se manifiestan en este sentido, es que realmente les molestan los turistas; y por otra que falta entre los políticos que nos gobiernan, en general, una conciencia colectiva de la importancia real del turismo en nuestra realidad socio-económica, y no sólo en su aspecto económico, claro está. Se ha logrado por nuestros políticos craer un ambiente de demonización del turismo y un cierto tufillo de desprecio hacia quienes nos visitan. Y el primer resultado ha sido la pérdida en 2001 de cuota de mercado en Alemania. Mientras hemos recibido 460.000 turistas menos, la realidad es que el mercado turístico de aquel país ha experimentado un crecimiento de viajes en general». Aquí, alude a las declaraciones antigermánicas que se han producido por la prepotencia «demostrada de nuestros gobernantes».
Considera como vital que la Administración autonómica «deje de lanzar imágenes negativas del turismo y su entorno, tal y como hasta ahora lo ha venido haciendo, enfatizando que si existe falta de agua o de electricidad, o que el medio ambiente está degradado, ello es dedido al gran número de turistas que recibimos, o que la solución a nuestros males pasa inexcusablemente en reducir drásticamente el flujo de visitantes. Todo esto perjudica seriamente la imagen de nuestra Comunidad. Nuestro Govern tiene que centrarse en mejorar infraestructuras, en lanzar mensajes positivos sobre las Islas, en promocionar adecuadamente este destino turístico como el mejor destino vacacional del Mediterráneo. Los hoteleros deberemos demostrar que nuestras Islas tienen los mejores hoteles precio-calidad, la mejor oferta complementaria el máximo interés para que el cliente consiga la máxima satisfacción».
Acusa al Govern de no aplicar una política de austeridad, «no tiene que suceder lo que pasó al principio de su mandato, cuando se acudió a la feria WTM de Londres, y en la que nuestros políticos, amen de viajar en avión en primera clase, se alojaron en uno de los mejores hoteles de Londres, para dos meses después, en Fitur, dar un cóctel en el mejor y más caro de Madrid como lo es el Ritz, mientras que en esas mismas fechas, políticos tan relevantes como Rodrigo Rato, Costa o Güemes, para asistir a la WTM se alojaron en un hotel de 4 estrellas con precios tres veces inferiores a los que se aplicaron a los representantes del Govern».
A renglón seguido comenta que «cosas y sucesos como estos son los que marcan la diferencia entre lo que se dice a los ciudadnos, y cómo se actúa cuando no interesa explicárselo. Aquí, nunca mejor aplicado aquello tan español de que del dicho al hecho, hay un enorme trecho, porque una cosa es lamentarse a Madrid para conseguir más dinero, y otra saberlo administrar debidamente y en provecho de toda la Comunidad». Al respecto, también anunció que en el cóctel realizado ayer en el Palacio de Saldaña, «se han gastado unos doce millones».
Precisamente, los agravios con la Administración central, Escarrer puntualiza que «lo que no vale es venir aplicando continuamente la política de que en cualquier adversidad el responsable es Madrid, o el Gobierno de Aznar, o que si las cosas no funcional en determinados aspectosn, sean los hoteleros los únicos responsables. Esta triste actitud política de lloriqueo y de endoso de responsabilidades a terceros debe acabarse. Yo recordaría a quienes la practican, que cuando a la soberbia y a la prepotencia se unen la incapacidad y la desidia, resulta imposible gobernar y convencer. También es cierto que la Administración central debería establecer nuevos parámetros de financiación autonómica. Compromiso colectivo que todos asumimos».
Respecto a su valoración sobre la labor de la Conselleria de Turisme, expuso que «si bien no existe una política turística adecuada, seproducen continuos cambios y ceses en su cúpula, sin ninguna explicación; existe un total divorcio entre Conselleria y Federación Hotelera, con total ausencia de diálogo, y hasta de contactos que no sean meramente administrativos. Cada día que pasa, me estoy convenciendo más de que quizás la inexistencia de una Conselleria específica para Turisme nos sería a todos beneficiosa». Aboga por unas transferencias de turismo al CIM y cree que con UM el sector hotelero estaría mejor que ahora «porque estoy convencido de que habría diálogo, circunstancia que no sucede en estos momentos».