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Un total de 27 países cobran tasas similares a la ecotasa balear

Cinco cadenas hoteleras propiedad de empresarios mallorquines de las Islas pagan religiosamente los tributos exigidos por cada gobierno

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El Impuesto sobre Estancias Turísticas "ecotasa" que el Govern prevé aplicar a partir de marzo con el objetivo de preservar, principalmente, su entorno medioambiental es empleada por 27 países, tanto con la denominación de tasa como de impuesto turístico. Cinco cadenas hoteleras mallorquinas "Riú, Fiesta, Iberostar, Sol-Meliá y Barceló" abonan puntualmente esos tributos en los países donde desarrollan parte de su negocio.

Las cantidades que cobran esos países oscilan entre los 8 y los 70 dólares (entre 9'62 y 84'14 euros), frente al promedio de un euro diario que pagarán los turistas que se alojen en establecimientos de Balears. El impacto del turismo masificado tiene un precio en esos 27 países e, incluso, una pequeña isla del Brasil cobra 6'01 euro diario para la preservación del medio ambiente. Ese país sudamericano, asimismo, posee una voracidad recaudatoria única en el mundo, ya que cobra tanto por entrar como salir del país, en total, 90'18 euros.

El Govern afirma que la ecotasa «se inspira en figuras impositivas de otros países», y recuerda que dos de sus principales competidores en los mercados emisores de turismo, como Túnez y Grecia, aplican tasas o impuestos que gravan la actividad vacacional. Mención aparte merece el caso de la «Kurtaxe» de Alemania. Los principales tour operadores de ese país han expresado su rechazo a la ecotasa balear, olvidando que los municipios germanos cobran la cobertura de los gastos de creación y entretenimiento de balnearios, que más tarde ponen a disposición de las instituciones. La obligación de abonar esta tasa comienza el día de llegada del turista y vence cuando éste se marcha. Otro país que destaca por sus impuestos es Dinamarca, donde existen 300 gravámenes de esas características.

Más impuestos en Alemania y Noruega
Alemania aplica a todos los hoteles, hospitales y residencias de la tercera edad un impuesto sobre envases desechables, además de la «Kurtaxe» que cobran los municipios en los balnearios. Asimismo, Noruega grava el tránsito aéreo para estimular el transporte ferroviario.

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