La consecuencia directa de los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, así como el posterior conflicto bélico en Afganistán, ha tenido un efecto más que negativo en la industria turística balear, en concreto en Mallorca, según los datos de movimiento de pasajeros y niveles de ocupación alcanzados en el último trimestre de 2001 en Son Sant Joan y en las zonas turísticas de la Isla.
El aeropuerto de Palma ha sido el principal punto de referencia de todo el sector turístico para ver la evolución del movimiento de pasajeros. Si a finales de septiembre, se contabilizaba un alza de un 0'81%, los meses posteriores han reflejado en toda su amplitud el efecto del 11-S, dado que octubre registró un descenso de un 10'39% (208.339 pasajeros menos), noviembre un menos 7'95% (60.825 pasajeros menos) y diciembre un 14% (alrededor de algo más de 90.000 pasajeros menos). El acumulado de los tres meses da un balance negativo de un 32% en el movimiento de pasajeros, que cuantificado supera los 360.000, según datos facilitados por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea desde su central de Madrid.
Esta circunstancia, es la que ha motivado que Son Sant Joan finalizara el pasado ejercicio con un descenso global del número de pasajeros entorno a un 1%, unos 200.000 pasajeros menos respecto a 2000, donde se llegó a los 19.411.426 pasajeros). En el desglose por mercados, las mismas fuentes indican que el pasado mes de diciembre, «los principales mercados emisores han tenido saldos negativos. Así, el británico bajó un 4%, el alemán más de un 15% y españoles alrededor de un 11%».
En el acumulado por mercados, el británico, gracias a la evolución de los meses de temporada alta, finalizó 2001 con un alza del 7% en la Isla, mientras que el turismo alemán bajó un 6% y el español un 0'4%. Este descenso de un 32% del número de pasajeros en Son Sant Joan tuvo en el último trimestre un efecto negativo en la ocupación hotelera, bajando unos 16 puntos respecto al mismo período de 2000. Además, el bajo nivel de venta de reservas en Alemania y Reino Unido hará que muchos empresarios turísticos mallorquines opten por retrasar la apertura de sus hoteles hasta mediados y finales de febrero, cuando en principio tenían previsto hacerlo a finales de enero.