El primer día laborable de vigencia de la moneda única se superó con éxito, especialmente por la contribución de los comercios en la puesta en circulación del euro. Aunque como era de esperar, muchos ciudadanos españoles continuaron pagando en pesetas, la doble circulación no supuso ningún trauma y las pequeñas transacciones se desarrollaron con normalidad. No obstante, de nuevo se evidenciaron problemas en las entidades financieras, muy visitadas a lo largo de la jornada para cambiar pesetas por euros. Es preciso que tengamos presente que hasta que finalice el próximo mes de febrero es absolutamente lícito el pago indistinto en cualquiera de las dos monedas, por lo que tampoco cabe, pese a la ilusión despertada, una excesiva precipitación.
También es verdad que, en algunos casos excepcionales, se ha aprovechado la situación para subir los precios de una forma encubierta, por lo que es preciso que se extreme la precaución por parte de los consumidores, que, además, pueden acudir en estos casos a las oficinas de la Administración para denunciar estas prácticas.
Las autoridades europeas manifestaron su satisfacción por el desarrollo de esta transición a la moneda única y afirmaron que en un plazo de unos quince días el euro habrá superado la prueba de fuego. Como era previsible, además, se produjo un repunte de un 1 por ciento en su cotización respecto al dólar, lo que le da una mayor fortaleza. Realmente podemos afirmar que gracias a la colaboración de todos y, muy especialmente de los comerciantes, se está produciendo una transición adecuada. Pero, evidentemente, hemos dado sólo el primer paso de un largo camino en el que hay que consolidarse y en el que el euro es una pieza esencial de una nueva Europa de la que formamos parte.