Rosa de Lima Albertí, que esta noche verán presentado la gala del año nuevo en TeleNova junto con Simón Andreu, y que a diario trabaja en el banco por la mañana y en el Casino por las noches, cantando en su espectáculo en sustitución de Chenoa, se quedó en el umbral de «Operación triunfo», pues fue una de los 24 finalistas de las que salieron las 16 inquilinas de la academia, quedando como reserva por si alguna de las elegidas abandonaba.
Rosa de Lima, que tiene una preciosa voz, y que como presentadora se desenvuelve muy bien, cosa que podrán apreciar esta noche, nos cuenta que el camino hasta la academia fue duro, «y sobre todo duro para las seis que habiendo alcanzado la misma puntuación que los que entraron nos quedamos fuera».
En total tuvieron que hacer tres cástings, el primero, en Madrid, «me sometieron a varias pruebas: fotogenia frente a una cámara, la que se tradujo en la primera criba; luego nos hicieron cantar a capella; a continuación cantamos con micro sobre una base musical que tú llevabas, y que te habías pagado al igual que el billete de avión; por último me hicieron mover un poco sobre el escenario, como si bailara, y ahí se acabó. Como quedé seleccionada, me emplazaron para quince días después, en Madrid, en el Palacio de Congresos, donde nos reunimos unos ochocientos. El viaje y la estancia tambien corría por nuestra cuenta. Tras unas pruebas quedamos unos cuatrocientos. Hubo un tercer cásting, tambien en Madrid, en el que quedamos unos ochenta. A partir de ahí la estancia y el viaje nos lo pagaron ellos. De ese grupo salimos 24. Se nos emplazó para diez días después en Barcelona. Teníamos que llevar toda clase de certificados. Ahí hicimos una sesión fotográfica, pasamos unas pruebas psicológicas y una presentación ante los medios de comunicación».