Cort inauguró ayer uno de los belenes más tradicionales de Palma. Un año más, los pastorets mallorquines se posaron sobre el zaguán del Ajuntament. Se trata de un belén dividido en varias partes, dependiendo de los oficios que contempla: pescador, mestres d'aixa, calafat, cossier, sabater, torner, matalasser, pastor, etc. En cada zona se representan viviendas y edificios emblemáticos de la Isla, como el propio Ajuntament de Palma y de Costitx, además de plazas donde se representan las fiestas populares y paisajes característicos de la Isla.
Este belén se compone de 250 figuras, realizadas por Damián Bennàssar (ya fallecido), su esposa Joana Far y su hijo Pedro Bennàssar. Las piezas están hechas de barro, totalmente a mano. Las montañas y edificaciones, en tela, escayola y agua. Se han utilizado 50 metros de tela, 80 kilos de escayola, 75 kilos de tierra, 3 sacos de serrín, 2 sacos de mata y hojas de diversas especies de árboles. La tradición de construir belenes se ha convertido casi en un reto para los aficionados y artistas que año tras año intentan superarse en sus artesanales construcciones.
En el Teatre de Artà, el domingo a las 19 horas, será inaugurado un belén de 50 metros cuadrados. Pep Forteza ha dedicado el último mes a montarlo. Sin embargo, esto ha sido lo que menos trabajo le ha supuesto ya que ha estado dos años elaborando las 40 figuras que lo componen. El belén está dividido en dos partes, explica Pep, «una es bíblica y la otra es más payesa. Las figuras son clásicas». Para construir el gran belén de Artà, Pep Forteza ha cuidado hasta el último detalle. Lo que hay que destacar es el movimiento en algunas de las figuras. Así, se puede ver a un herrero dando con un martillo sobre el yunque o una sínia sacando agua de forma continuada, entre otras cosas. Para construir este paraíso, Pep ha utilizado porespán, madera, barro y restos de árboles caídos por la tormenta.