El próximo viernes, 30 de los corrientes, a la vera del Mercat de l'Olivar se inaugurará el belén más grande Europa. Sin duda una gran obra de arte.
Ayer por la mañana estuvimos en el recinto, hasta el que se acercó la concejala María José Frau, y a quien el coordinador de aquel enorme tinglado, y a la vez padre de la criatura, José Ramón Tamarit, le fue explicando los pormenores del mismo. El belén se subvencionó con el tanto por cierto del dinero que dejaban las papeletas de la lotería que vendían los empleados de Bancaja de Valencia. «No sabemos si al final costó 40 ó 60 millones, pero hoy no tiene precio». Desde que se tuvo la idea hasta que se inauguró transcurrieron seis años, tres dedicados al estudio "se consultaron 52 libros sobre la vida de Jesús" y otros tres a la realización en la que han intervenido, en la infraestructura el maestro belenista valenciano José Luis Catalá, en la fabricación de las figuras José Luis Mayo, de Madrid, y en cuestiones de electrónica el ingeniero José Manuel Tamarit.
Este belén, tras su presentación en Valencia, ha estado en Alicante, Segorbe (Castellón), Madrid y Barcelona. A Palma ha llegado metido en 11 tráileres, pues aparte de un grandioso decorado, consta de 1.200 figuras, 300 de ellas hechas «a palillo», es decir, a propósito. De lo instalado hasta ayer llama la atención cómo son sus casas, calles, montañas y palacios. Y sobre todo los pequeños detalles, como colores, fuentes, acequias, empedrados, herramientas. Una maravilla.