S.C./J.J.S.
Mateu Morro, conseller d'Agricultura i Pesca del Govern, se
comprometió ayer a aplicar una «discriminación positiva» a los
agricultores que tengan aseguradas sus tierras. La medida se toma
con la intención de aumentar el número de hectáreas protegidas por
las pólizas, que en la actualidad «sólo cubren aproximadamente un
10%» de la superficie cultivada. Este es uno de los acuerdos a los
que llegó la 'Mesa de la Sequera' en la que participan miembros de
las organizaciones y cooperativas agrarias UCABAL, Asaja y Unió de
Pagesos, contando con una representación de la dirección
territorial del Ministerio de Agricultura. Morro explicó que «la
contratación de seguros es fundamental en una situación
climatológica como la actual», aludiendo además al esfuerzo
económico que está realizando la conselleria con el fin de paliar,
«en la medida de los posible los males de la sequía».
La Conselleria, según informó Morro, ha destinado entre 2000 y 2001 un total de 2.013 millones de pesetas para paliar la sequía, de los que 1.151 millones han sido para los cultivos herbáceos, 648 para el alimento de los animales, 122 millones para la reposición de árboles, 79 millones para la suscripción de préstamos y 11 millones para la firma de convenios con distintos ayuntamientos de las Islas. Pero el optimismo de Morro no es compartido por las organizaciones agrarias. De hecho Gabriel Company, quien participó en la reunión en representación de Asaja, comentó a este periódico que «las pocas ayudas y mejoras que estamos consiguiendo de la Conselleria d'Agricultura son producto de un enorme esfuerzo realizado por el sector, aunque el conseller quiera pintarlo todo de color de rosa».
Por otra parte ayer se dió a conocer que el viento jugó un papel fundamental en la llegada de la enfermedad de la lengua azul a Balears y, paradójicamente, también contribuyó a frenar su expansión. Maria Josep Portau, jefe del servicio de Sanidad Animal de la Conselleria d'Agricultura, explicó ayer en el Parlament que «el mosquito (Culicoides) que transmite el virus puede llegar a través de barcos, pero todo hace pensar que su presencia en Balears fue causada por el viento, de tal forma que estos insectos fueron transportados de este a oeste del Mediterráneo. Este año no se ha detectado ningún caso.