«Los aviones son nuestras carreteras; si se quedan en tierra nos quedamos incomunicados con el mundo exterior», declaró ayer a Ultima Hora el director general de Economía del Govern balear, Antoni Monserrat, un experto en el sector aéreo, ya que en sus funciones de economista defendió a los trabajadores en el proceso de quiebra de Spantax, Hispania, Nortjet-Euskal Air, Meridiana, LTE, Centennial, Oasis, BCM y Viva Air. «Las compañías aéreas dan empleo a unas 5.000 personas en las Islas, es decir, más que los sectores del calzado y madera juntos», añadió.
«Por ello, el Govern observa la situación de crisis planteada con la máxima sensibilidad, ya que se trata de un sector estratégico para nuestra economía. El Gobierno de Aznar debe entender esta situación y hacer todo lo posible para paliar los problemas de las compañías aéreas, ya sea a través de una reducción de la carga fiscal u otras medidas, porque si ese sector se para, arrastra con él a Balears», afirmó. La Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA) ha comunicado al Ministerio de Fomento que, ante la decisión de las compañías de seguros de rebajar la cobertura que tienen las aerolíneas por las circunstancias actuales, sus aviones pueden quedarse en tierra.
El presidente de AECA, Felipe Navío, dijo a este diario que las compañías aérea solicitan que sea el Gobierno quien se encargue de la parte que no queda cubierta por las compañías aseguradoras. «Si el Gobierno no reacciona cubriendo esa parte del seguro, las compañías aéreas españolas, igual que las del resto del mundo, se verán obligadas a dejar sus flotas en tierra ante la imposibilidad de hacerse cargo de ello», explicó. «Si la respuesta del Gobierno no se produce antes del martes, ese mismo día nos veríamos obligados a parar todas las flotas», precisó.
El presidente de Air Europa, Juan José Hidalgo, expresó ayer su preocupación por la situación actual que vive el sector y dijo que en caso de no recibir las ayudas por parte del Gobierno central, «corren peligro puestos de trabajo en nuestra sede de LLucmajor» (donde trabajan unas 3.000 personas). «Esta es la peor situación que vive el mundo del transporte aéreo desde que yo pertenezco a él; aquí no valen medias tintas porque es una crisis de tal magnitud que nos va a arrastrar a todos», dijo Hidalgo. «Nosotros hemos prácticamente cancelado las series a Turquía, Túnez y Egipto, y hemos adelantado un mes la cancelación del vuelo a Nueva York porque en los aviones no viajaban más de 50 personas.