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Navegar, una actividad lúdica en auge

La antigua profesión ha adquirido un carácter popular en Balears

El hecho ancestral de navegar está hoy día cada vez más al alcance de todos. Foto: G.A.

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Durante los últimos años el número de embarcaciones privadas en Balears ha aumentado de forma considerable. El hecho de navegar ya no constituye el privilegio de una minoría, sino que cada vez más está al alcance de una parte importante de la población. El mar y la navegación han constituido para Balears durante siglos la esencia de sus poblaciones costeras, dedicadas a la pesca o al comercio. Con la llegada del turismo de masas y la irrupción de nuevas formas de vida, el mar ha perdido su carácter original, estrictamente ligado a la subsistencia o al factor mercantil, para constituir un disfrute en sí mismo. El objetivo, desde esta actual perspectiva, es huir del estrés urbano en busca del medio natural, la esencia de la libertad, el sabor de la aventura o el desafío deportivo.

Hoy día el placer de navegar puede experimentarse en las más variadas facetas. Desde el simple alquiler de un velomar al embarque en un lujoso paquebote de cruceros. Entre ambas opciones, todo un abanico de posibilidades permite experimentar la navegación en sus más variadas facetas. La adquisición de un pequeño llaüt, las más genuina embarcación mallorquina, supone un desembolso de 250.000 a 750.000 pesetas, teniendo presente que las embarcaciones de fibra, contra lo que podría parecer, son en la actualidad más caras que las de madera, ante la mayor demanda.

Al margen de los amarres, cuyos precios varían según los puertos y esloras de las embarcaciones (en los puertos de Balears dependientes de la Autoritat Portuària las tarifas son de 14'90 pesetas por metro cuadrado y día, que, con los servicios de acometida de agua, recogida de basuras y vigilancia asciende a 21'35 pesetas), el mantenimiento de un llaüt ronda las cinco mil pesetas al mes. Los amantes de la velocidad y el confort pueden optar por adquirir una gran lancha-yate capaz de alcanzar los 30 nudos y ofrecer dos camarotes, salón de estar, baño y cocina, además de una pequeña zona acolchada exterior en forma de sofás en torno a una mesa a popa y cubierta para tomar el sol frente al puente.

Alquilar una embarcación de estas características cuesta mil euros por día y su adquisición varía entre los 50 y los 30 millones, dependiendo de si la embarcación es nueva o de segunda mano. Respecto a los motores marinos, éstos pueden adquirirse por separado entre una potencia de 2 CV por 128.000 pesetas (destinados a pequeñas lanchas neumáticas) y 250 CV por 3.714.000 pesetas, para lanchas de 8 metros. Un tipo de embarcación con demanda constante es la Zodiac en sus diversos tamaños. Así, un ejemplar de 2 metros de tipo auxiliar cuesta en el mercado alrededor de 121.000 pesetas, mientras que un Medline, la versión más grande y con quilla de fibra, alcanza los 2.812.000 pesetas. Otro modelo que se vende bien es el Key Largo, de entre 5 y 7 metros de eslora, cuyos precios oscilan entre 3.078.000 y 6.990.000 pesetas, con motores incorporados de 75 y 200 CV.

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